sábado, octubre 28, 2006

¡Soy suicidaaaaa!








Artista: O'Connor
Álbum: Estamos Pariendo
Calificación: Cuatro sillas

En la versión griega del mito de la creación, había una especie de Adán (Epimeteo) a quien se le dio por compañera una bellísima fémina, Pandora. El dios Hermes le había encomendado a la minita el cuidado de una vasija de contenido misterioso, que no debería abrir nunca (¿un antecedente mitológico del jarrón de Coppola?). Pero la señorita era curiosa, un buen día decidió abrir la jarra…¡y se armó el despiole! Porque ahí adentro se guardaban todos los males creados por los dioses, que pronto se desparramaron por un mundo hasta aquel entonces pacífico.
Bueno, parece que, a fines de la década del 60, la música también tuvo su propia catástrofe pandoresca. Hasta aquel entonces, casi no existían subdivisiones en el rock, y muchas veces las bandas se atrevían a incursionar en varios géneros al mismo tiempo, felizmente ignorantes a la etiquetación. El mejor ejemplo de esto puede verse en los Beatles, que hacían música étnica hindú (Loving You), cosillas electrónicas (Tomorrow Never Knows) y experimentos proto-noise (Helter Skelter) de manera totalmente natural, y a veces dentro de un mismo álbum. Pero luego, nuevas bandas con ánimos más radicales aparecieron, para tomar un solo espectro del rock y hacerlo su bandera. Por el lado que nos interesa, nacerían el hard rock y el heavy metal, con Zeppelin, Purple y Sabbath, luego vendría la NWOBHM, y a principios de los 80, varios peludos de San Francisco decidirían agregarle velocidad punk al metal clásico para dar a luz el thrash metal, (básicamente, el primer subgénero del heavy metal). De ahí en adelante, el mosaico ganaría en complejidad y nacerían las peleas entre los “pureza de género, aguante el verdadero metal, arghhhh” y los “el metal significa apertura mental, loco, escucho de todo y soy re-experimental”. En fin, Pandora abrió la vasija y todo se fue al carajo.
Claudio O’Connor ha estado de los dos lados del combate. Primero, como vocalista de Hermética, banda insignia por excelencia del heavy nacional (y, hay que decirlo, también, de su ultraortodoxia). Y algo más tarde, como dictador plenipotenciario de O’Connor. Para horror del ala derecha de su fanaticada, Claudio proclamó a los cuatro vientos su amistad con Adrián Dárgelos, comenzó a hurgar en la discoteca de su(s) hijo(s) y flasheó con Alice In Chains y Soundgarden. Y ahora nos trae Estamos Pariendo, un disco lleno de espléndida densidad neosabbathiana, medios tiempos alternosos y baladas que a algunos les caerán como una jarra de fernet puro luego de un tremendo asado en un día de 36 grados.
El costado más estrictamente heavy del álbum no falla en ningún momento. Hay para elegir: el temazo que presta el título a la placa, que es un monstruo con riffs a lo Black Label Society y tremendo estribillo ultrapegadizo; el corte Rock Del Suicida, armado sobre un bajo atonal bien aliceinchainoso (y con una letra baratísima que, de todas formas, me encanta), y 1976, que es la única que sale de la bruma barrosa de pesadas cuerdas para pisar un poco más el acelerador. En una onda semi-reposada, Hasta Ser Libre gana por afano, bien oscura y con Claudito cantando en ese registro grave que los fans de Hermética detestan tanto (y que creo que Mr. O’Connor usa por cuestiones de autoconservación gargantil mas que por razones estilísticas).
¿Y las baladas? He de confesar que tengo una gran debilidad por Deseo (del álbum anterior, El Tiempo Es Tan Pequeño), pero acá no me pasó lo mismo con las dos canciones tiernitas que hay, Algo De Mi (por favor, pongan los discos de Cabezones lejos de Claudio) y Correr y No Volver (no me termina de cerrar la dinámica tranquila-pesada de la cuestión). Pero, mientras que a muchos oyentes estas dos canciones le harán desechar el disco inmediatamente, cual papa caliente, a mi me hace gustar aún mas de él. Simplemente, porque muestran que O’Connor ha desafiado a la catástrofe de Pandora y, lisa y llanamente, le chupa un huevo lo que cualquiera de nosotros pueda pensar. ¡Y eso es actitud, carajo!

lunes, octubre 02, 2006

Mesita de noticias

Rumor Nº 1: Return of the hobbit
Antes de largar la lengua les aviso: lo que viene es un rumor. Si pasa, sería un acontecimiento considerable y yo sería elevada casi al status de una reina, pero si no pasa, mi carrera periodística quedaría mancillada para siempre. Pero he decidido correr el riesgo sólo por ustedes, queridos lectores, por lo que si esto es mentira sería de muy mal gusto que me lo vinieran a reprochar. Yendo al grano, ha comenzado a rodar la noticia de que los ex Black Sabbath Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, se reunirían otra vez con Ronnie James Dio para una serie de recitales en festivales europeos el año que viene. Al parecer, por razones legales (¡Sharoooon!), no podrán volver a utilizar el nombre de Black Sabbath, por lo que se bautizarían como Heaven & Hell, el nombre del primer álbum que los de Birmingham grabaron con Dio. Vale recordar que ya había habido comentarios sobre una posible reunión a principios de año, ya que el diminuto italianense grabó una nueva canción con Sabbath con miras a incluirla en un box set de futura edición.

Rumor Nº 2: Mejor que Migré
Un nuevo capítulo acaba de abrirse en la saga familiar de los Cavalera, que no tiene nada que envidiarle a Isaura La Esclava o a cualquiera de esos culebrones brasileños. ¿Recuerdan que hace un tiempo les contaba que Igor había abandonado Sepultura? Bueno, hace algo así como un mes, Cavalera chico subió al escenario a tocar junto con Soulfly, la banda de Cavalera grande, marcando la primera vez que compartían el escenario en diez años. El emotivo encuentro fue en el festival D-Low Memorial, que organiza Max todos los años en honor a Dana Wells, su hijastro fallecido en 1996. Obviamente, las esperanzas sobre una posible reunión de Sepultura se encendieron en miles de fanáticos, y hace un par de semanas, otro rumor agregó más elementos a la trama. Parece que Igor ha llegado a un arreglo con el resto de los miembros de Sepultura para que dejen de utilizar el nombre una vez finalizada la gira que los tiene ocupados. ¿Reformará Igor a la banda junto con Max? ¿Se unirá el batero a Soulfly y rebautizarán como Sepultura al grupo? ¡No se pierdan el próximo capítulo de este drama apasionante!

¿Senilidad o genialidad? Ustedes deciden
Bueno, parece que acabo de descubrir de donde sacó Ozzy esas pastillas que lo ponen coherente. Al parecer, se las afanó a Rob Halford, aprovechando que el pelado estaba distraído mirando en la tele un desfile de lo último en accesorios de cuero. Lo digo porque solo una persona privada de su medicación puede tener una idea como la que acaba de tener la gente de Judas Priest: componer un álbum conceptual basado en la vida de Nostradamus, el profeta francés del siglo XVI (ocurrencia que, además de limada, es poco original, ya la hizo Haggard en su álbum Eppur Si Muove). Y no solo eso, sino que según palabras del mismo Halford, el álbum tendrá muchos elementos sinfónicos, cuerdas y coros masivos. Por lo que se ve, esta es una de esas cosas que pueden resultar sublimes o mortalmente desastrosas (sin punto medio) así que roguemos porque Ozzy se vuelva a quedar dormido por ahí para que el pelado pueda recuperar sus pastillas y la cosa se encamine bien.

Combate de pesos pesados
Una de las bandas con más masa corporal combinada del mundo musical se prepara para hacer su regreso al disco luego de tres años. Así es, amiguitos, los Deftones, pioneros del nü metal (y una de las pocas bandas que sobrevivió al movimiento con estilo) editarán un nuevo álbum, titulado Saturday Night Wrist, el 31 de octubre. Pero, al parecer, el grupo estuvo a punto de separarse durante el proceso de grabación y los pibes ni siquiera tuvieron la visión comercial de documentarlo en beneficio de nuestra diversión morbosa, como hizo Metallica con Some Kind Of Monster. En este sentido, Deftones trabajó con la friolera de ¡cuatro! productores diferentes, empezando por Dan “The Automator” Nakamura, y siguiendo con Bob Ezrin (quien grabó casi todas las pistas instrumentales), Terry Date y Shaun Lopez. Al parecer, el culpable de tantas idas y venidas fue el vocalista, Chino Moreno, quien no terminaba de estar contento con ninguno de los productores (de hecho, Bob Ezrin lo puteó públicamente diciendo que era imposible laburar con él). ¡Y después dicen que al metal le faltan divas, caramba!.