domingo, julio 23, 2006

Mesita de noticias

Porque me place
Ya se que habían dicho que se iban a retirar y todo eso…pero los doncellos de hierro no sólo no se han convertido en amos de casa, sino que están a punto de editar un nuevo álbum, A Matter Of Life And Death, que estará en los estantes el 28 de agosto en Europa, y a principios de septiembre en Estados Unidos. Y como ellos son completamente conscientes de que su status les permite hacer lo que se les de la regalada gana, el single va a ser un épico de más de siete minutos (parece que el álbum en general viene con intención grandiosa). La canción en cuestión se llama The Reincarnation Of Benjamin Breeg, y si tienen ganas de bancarse los siete minutillos en cuestión, pueden ver el video aquí. Según un comentario de la revista Kerrang, el tema “comienza con una introducción ominosa antes de explotar en un riff aplastante, casi zeppeliniano, y un estribillo poderoso y emotivo”. Casi da miedo ¿no?. ¿A que no se animan a pulsar el link, eh?


El primer trabajador
Mi motoquero favorito, Zakk Wylde (esperen que me seco la saliva), se encuentra totalmente abocado a seguir el peligroso camino hacia un sourmenage. No solo está componiendo DOS discos con su comandante en jefe Ozzy y girando con el Ozzfest, sino que también se está preparando para el lanzamiento del nuevo álbum de la banda que lo tiene como líder, Black Label Society. El disquillo en cuestión se llamará Shot To Hell, será editado el 12 de septiembre, y tendrá como primer single a la canción Concrete Jungle (nombre cliché si los hay, pero así es Zakk y lo queremos tal cual es). Si gustan, aquí pueden pegarle un orejazo a otro temita, Black Mass Reverends Y por si se están preguntando, eso que está acá al ladito es el arte de tapa (aquí pueden verlo más grande). Muchos están convencidos de que es una joda. Yo por momentos pienso que es genial, y por momentos pienso que es un reverendo bodrio.


¿El diablo también es argentino?
Mientras mi billetera se lanza a un llanto desgarrador y descontrolado, les cuento que hay fuertes rumores acerca de una visita de Slayer a Argentina para el mes de septiembre. Antes de que corten de repente el consumo de cigarrillos, las salidas nocturnas y otros vicios con el fin de ahorrar, aclaro que aun no hay confirmación oficial sobre el asunto. De todos modos, el tour sudamericano tentativo sería más o menos así:
1, 2, 3 y 6 de septiembre: Brasil
9 de septiembre: Chile
12 y 13 de septiembre: Argentina
15 de septiembre: Colombia
17 de septiembre: Venezuela
21, 23, 24 y 25 de septiembre: México
Yo solamente espero que el hecho de que haya dos fechas en Argentina signifique que una va a ser en Córdoba. Total...soñar es gratis.


Colorado for president
Por más que muchos no lo admitan, Megadeth ha ganado con creces la batalla moral contra Metallica. Más allá de que el colorado Mustaine se quedó solo en la vida y tuvo que rehacer su banda desde cero, The System Has Failed le pisó la cabeza a St. Anger cual bota militar. Y ahora, sabiendo que Metallica editará disco el año que viene, colorete va por más, y ya se encuentra metido a full en la grabación de su nuevo álbum. El vástago tiene como nombre tentativo United Abominations, y todavía no hay fecha de salida. Mientras tanto, Mustaine está a punto de lanzar la segunda edición del Gigantour (la gira que lo tiene como factótum principal), ha anunciado sus intenciones de volver a Sudamérica el año que viene, y parece que (esta vez en serio) se viene la edición del disco en vivo en Argentina, grabado durante esa gloriosa noche en el Pepsi Music en la cual casi me dejan sin costillas.

sábado, julio 15, 2006

Rock con fecha de vencimiento








Artista: Artimus Pyledriver
Album: Artimus Pyledriver
Calificación: Tres sillas

Parece que la cuestión retro está pegando fuerte en el underground metalero. Ojo, puede ser que yo, de pura dormida, no me haya dado cuenta antes. O que sea una especie de imán vintage, que atrae todos los álbumes que tomen prestado algo de los 70. Sea como sea, otro nuevo producto setentoso acaba de aterrizar en mi compactera, creándome serias sospechas sobre el robo de secretos científicos australianos. La pregunta que me carcome es: ¿Algún espía descontento habrá afanado y vendido a los yanquis los planos de la máquina clonadora creadora de Wolfmother?
Esta vez, el engendro ha nacido en Atlanta, y responde al nombre de Artimus Pyledriver. Ya el hecho de que la banda esté bautizada en honor al viejo Artimus Pyle, baterista de los grandes héroes rednecks Lynyrd Skynyrd, dice bastante. El revival, esta vez, viene por el lado de los sonidos del southern rock, y suena perfecto para ser escuchado en el stereo de un hot rod símil-General Lee (para los que no sepan que coño es el General Lee, les cuento que es el auto pintado con la bandera sureña – la misma que aparece en la tapa del disco de Rebel Meets Rebel, miren mas abajo manga de vagos - en el cual se manejaban los Dukes de Hazzard, hermanitos tejanos de la tele que gustaban de las peleas con la ley)
Ya desde la primera escucha, el recelo atenazó mi corazón como un ominoso iceberg. Y el principal culpable es el vocalista Dave Slocum, quien…bueno…en fin…suena como demasiado parecido a Brian Johnson (lease: le afana tremendamente a Brian Johnson). Pero decidí seguir adelante con actitud menos hitlerista, y descubrí que el resto de la impronta musical de Artimus Pyledriver se las arregla bastante bien para escapar a la etiquetación. Y no porque sea particularmente elaborada, sino porque se nota que los muchachos saben hacer un uso equilibrado de sus influencias (evidentemente variadas), de modo que el resultado se parece menos a una colcha de retazos y más a un espeso daiquiri hecho en una licuadora que funciona bien.
Más allá de los evidentes coqueteos con los sonidos del sur en los punteos de steel guitar que introducen High Life, y en el cencerro que marca el ritmo de Up The Creek, el hard rock sucio y sin concesiones de Swamp Devil y Dixie Fight Song es el que da mejores resultados. Estas dos canciones definitivamente compiten para ver cual de las dos tiene el riff mas deliciosamente infeccioso de todo el disco, aunque ambas estructuras guitarrísticas te den ganas de tirar tu propia viola por la ventana, pensando que seguramente fueron pensadas en no más de dos minutos y así y todo funcionan mil veces mejor que el yeite de cuatro notas que te llevó una semana entera componer.
De todos modos, el álbum tiene una gran debilidad, y es el hecho de que se empeña demasiado en encontrarle una vuelta de tuerca a la fórmula stoner tradicional, algo que ya ha sido hecho antes y con resultados más memorables (ya sea por monstruos mitológicos como Corrosion Of Conformity o por gente más pequeña y humilde como Alabama Thunderpussy). Esto no quiere decir que Artimus Pyledriver sea una mala banda y, a diferencia del aroma plástico de los Wolfmother, impactan como más auténticos, coherentes y viscerales. Pero así como les puedo asegurar que este álbum alegraría con creces cualquier fiesta cervezal, también estoy convencida de que, cuando se despierten a la mañana siguiente, en una cama ajena, con regusto rancio en la boca, y abrazados a alguien del sexo opuesto (que obviamente no tienen idea de cómo llegó ahí), probablemente ya ni se acuerden de que Artimus Pyledriver animó el jolgorio la noche anterior.