jueves, junio 24, 2010
lunes, junio 21, 2010
La paz está en los puños
Mustaine: Tengo miedo, tengo miedo, Kerry King me quiere trompear. La puta madre, tengo miedo, no me pienso despegar del lado de Dave Ellefson. Uy, no, ahí está Ulrich, enano hijo de puta. Tengo miedo. Mucho. Ay, no... ahí está... ¡Hetfield! (suspiro) Fotógrafo de mierda, ¿por qué lo hace mover y lo pone tan cerca mío?. Me cago en la putísima madre que lo parió, Scott Ian es demasiado petiso para servir de escudo y... ay... James. Mirame, mirame, mirame, mirame, mirame... ¡ay, no! ¡No lo puedo creer! ¿Chocamos puños? ¡Sí! ¡Chocamos puños! ¡Y Scott Ian tampoco lo puede creer! ¡Dios existe! Ahora no me lavo esta mano por un año.
domingo, mayo 16, 2010
Ronnie James Dio (1942-2010)
viernes, abril 09, 2010
El colorado se consiguió una vida...
¡Qué maduro que soy! ¿Viste? Ehhh... ¿me das un autógrafo?
...y decidió no hacer lo mismo que Metallica y no venir nada a Córdoba. ¡Pero a no deprimirse, chicos... al menos el 12 de junio en el Orfeo toca la Momia García!
Odio esta maldita y deprimente ciudad...
viernes, febrero 26, 2010
¿Colorado el 9?
1991: Metallica decide darle un baño más accesible a su sonido en el Black album. Un año después, Megadeth hace lo mismo en Countdown to extinction.
1996: Metallica cede ante la omnipresencia del rock alternativo y se inclina hacia esos terrenos con Load. Un año después, Megadeth hace lo mismo en Cryptic writings.
2010: Metallica visita Córdoba por primera vez para tocar en el Orfeo Superdomo. Un mes después, se rumorea fuertemente que Megadeth haría lo mismo el 9 de mayo.
(En fin, eso escuché hoy. Aún no hay confirmación oficial... pero esperemos que la eterna historia del Colorado apretando un puño en el aire y gruñendo "si ellos lo hicieron, yo también puedo" se repita una vez más).
martes, enero 26, 2010
¿Y ahora qué pasa, eh?
(Publicado hoy en Día a Día)
El tsunami Metallica ya se retiró de la playa y no queda más que recorrerla para mirar que fue lo que el agua dejó en la arena. El atontamiento todavía dura, y no es para menos luego de la feroz piña que nos cayó encima de improviso. Y la sonrisa satisfecha aún no se apaga.
¿Cómo explicar lo emocionante que resultó escuchar a James Hetfield nombrar a Córdoba con fonética casi perfecta? ¿Cómo ignorar la sensación de que la banda realmente disfrutó del calor del público cordobés? ¿O lo que desató Hetfield cuando le preguntó al público si podía llevarlos a todos al próximo show de la banda?
Quizás todo se explica con el título de una de las canciones de St. Anger, título que también llevó aquel documental que los mostró en su peor momento anímico: Some kind of monster. El domingo, Metallica fue eso, una especie de monstruo con garras que sacudieron todo y a todos. Una máquina de partes perfectamente aceitadas, una banda que llevó el profesionalismo a niveles extremos.
Nada al azar. La muestra perfecta de ese profesionalismo estuvo en un momento (que se repitió en el show que dieron el viernes en Buenos Aires) que fue tan "copado" como efectivo. Luego del solo de Nothing else matters, la cámara enfocó las manos de James Hetfield, magnificadas al extremo en la pantalla gigante. El vocalista y guitarrista, entonces, mostró al público su púa, para luego señalar el tatuaje de su mano derecha (una letra "M" acompañada por el número 81 que conmemora el año de fundación de Metallica), hacer los "cuernitos" y desplazar lentamente sus dedos a las cuerdas para largar con la introducción de Enter sandman. Y así, todas las instancias del show estuvieron pensadas para el encastre perfecto.
Ni hablar de la lista de temas, que demostró que Metallica está lejos de sentarse en la comodidad de algo prefabricado. Si bien hay varias canciones que son una constante en los shows (como Master of puppets o el ineludible cierre con Seek and destroy), la lista del Orfeo varió considerablemente de la que la banda presentó en la fecha del viernes en River, demostrando que para Metallica las ganas de refrescar los shows constantemente continúa luego de casi 30 años de carrera.
Y, por supuesto, no hay que olvidar que el show del domingo constituyó una oportunidad privilegiada para disfrutar de cuatro músicos con un virtuosismo asombrosamente parejo. James Hetfield es un paquete sólido y completo que incluye una voz en excelente forma, una presencia física intimidante y una mezcla de sensibilidad y precisión en las seis cuerdas; Lars Ulrich es el equivalente del conejito de Duracell: incansable e hiperkinético; Kirk Hammett dispara solos plagados de matices, siempre fiel a su pedal de wah-wah,y Rob Trujillo demuestra a full su reputación como uno de los mejores bajistas del rock actual.
Buena onda. Pero, sobre todo, lo que envolvió a la noche del domingo en un halo especial fue la excelente disposición que los integrantes de Metallica mostraron hacia el público.
Si bien en River los muchachos estuvieron simpáticos y habladores, el formato estadio contribuyó a que la relación entre la banda y el público estuviera más diluida. En el Orfeo, en cambio, la relativa intimidad del espacio hizo que el intercambio sentimental tuviera una carga emotiva bastante más fuerte. Cuando las luces del Orfeo se encendieron para acompañar el gran final con Seek and destroy, el asombro de los músicos ante los cientos de brazos que se alzaban ante ellos fue ciertamente palpable.
Igual de palpable que la niebla húmeda que quedó flotando en el ambiente luego de finalizado el show, restos del sudor que simbolizó la entrega del público ante tal regalo. Ojalá tamaña respuesta sirva como imán para atraer a Córdoba shows tan inolvidables como el de Metallica.
miércoles, enero 13, 2010
Ay ay ay...
Cadorna dice:
ulrich no va a querer subir despues
"que expongan un cuadro media hora, mejor"
dicen que dijo (?)
Petra dice:
jajajajajaja
un jason pollock colgando ahí 40 minutos es mil veces mejor
martes, enero 05, 2010
Pasen y pellízquenme
Update: El artículo que escribí para Día a Día con respecto a la cuestión
Comenzó como un rumor flotando en voz baja en los recovecos de Facebook, que luego fue tomando cada vez más solidez. Pero ayer, al fin, desde la productora Nueva Tribu se anunció la noticia que dejó atontados a los metaleros: Córdoba será el escenario de un hecho realmente épico, un concierto de Metallica en el Orfeo Superdomo.
El show se realizará el domingo 24 a las 21 y, según se supo, se concretó porque la empresa porteña Time 4 Fun había comprado tres shows del grupo para realizarlos en el estadio de River y, cómo sólo dos (el 21 y el 22 de enero) fueron posibles en materia de venta de entradas, maduró la idea de que otra ciudad podía albergar el tercer show. Y así apareció Córdoba como la primera opción. La empresa Quilmes aportó sponsoreo y la cosa comenzó a tomar forma.
Pero faltaba un obstáculo a superar. El show que Metallica tiene preparado para esta gira está pensado para grandes estadios, y se dudaba de que la estructura del Orfeo pudiera soportar la magnitud de la escenografía y los equipos. Luego de que se barajaran espacios alternativos (como el Estadio Córdoba o la comuna de San Roque), finalmente el domo superó las pruebas y se convirtió en el lugar elegido.
Y, por supuesto, eso le agrega un plus a la ya enorme importancia del evento. Metallica, una de las bandas de rock más importantes de la historia, no sólo tocará en nuestra ciudad, sino que lo hará en un lugar que ofrece condiciones de visibilidad y escucha francamente ventajosas.
Gira magnética. Este concierto será una grandísima recompensa para los fans cordobeses que se quedaron con las ganas de ver a Metallica en el 2003, cuando la banda canceló su concierto en Buenos Aires aduciendo la debilísima excusa de “cansancio físico y mental”.
Ese mal momento coincidió también con un bajón creativo, corporizado en St. Anger, un disco en el cual Metallica intentó un proceso diferente de composición y grabación que terminó redundando en un producto demasiado áspero, desprovisto de aquellas hermosas virtuosidades instrumentales por las cuales el grupo era admirado.
Pero el año pasado, la banda integrada por James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Rob Trujillo volvió a golpear como antes con el álbum Death magnetic, un celebrado regreso a las canciones complejas y a las construcciones rítmicas frenéticas que adornaron algunos de sus antiguos clásicos como Ride the lightning o Master of puppets.
Y justamente de la mano de este disco que señala su revitalización como grupo, Metallica pisará Córdoba por primera vez. Aún no podemos dejar de pellizcarnos para ver si estamos despiertos, pero el sueño ya es realidad.
Entradas. Si bien se rumoreaba que la venta de tickets comenzaría hoy, ayer no había confirmación oficial al respecto. Se venderán en las Tiendas Vesta de los Dinosaurio Mall de Rodríguez del Busto, Ruta 20 y San Vicente (para informes, llamar al 526-1576). Los precios son 230 pesos (campo), 160, 210, 260 y 320 (sector rojo) y 120, 160, 210 y 260 (sectores verde y azul).